Palabra de origen inglés que viene significando la conciencia, atención y recuerdo, y que se ha traducido al español como ‘atención plena’; centrar la atención en el momento que se vive, estar atentos al aquí y el ahora.
El Mindfulness es una técnica que sirve para entrenar y mejorar el ‘músculo’ de la atención, del mismo modo que se hace deporte o se entrena un determinado músculo del cuerpo en el gimnasio para fortalecerlo. Para conseguirlo hay que ser capaces de sincronizar lo que sucede a nuestro alrededor y con lo que pasa dentro de uno mismo. Este acercamiento específico, el hecho de prestar atención de forma consciente a la realidad, mejora el foco mental y el funcionamiento y rendimiento académico.
Entre sus beneficios hay que destacar que la práctica de esta disciplina enseña a despejar la mente para facilitar el trabajo realizado, siendo capaces de crear un espacio interior que, cuanto más se practique esta la atención plena, más grande será. Ayuda en apreciar lo que la vida ofrece en cada momento y a no juzgar, criticar o evaluar. Sirve también para conseguir cambios permanentes en el funcionamiento cerebral, logrando mejorar el nivel de atención. También conlleva beneficios para la salud e importantes mejoras psicológicas: gestión del estrés, control de la ansiedad, un mayor equilibrio y gestión emocional, empatía,…
Asimismo, iniciar a nuestros pequeños en el mundo de la meditación facilita que puedan conectarse mucho mejor consigo mismos. El propósito es que sean más hábiles a la hora de desenvolverse en cualquier entorno y especialmente en el cotidiano.
¿Sabías que es una práctica que se está llevando cada vez más en las aulas y centros escolares? Todo en forma de rutina en un periodo breve de tiempo y es bueno que estos ejercicios se inicien desde temprana edad. Muchas naciones quieren incluirlo en los planes docentes de forma progresiva y sea consolidado para el 2020 en todos los centros.
Si nos preguntamos a qué edad es más conveniente empezar con el Mindfulness, la respuesta tiene un pequeño matiz sobre el que es necesario incidir, ya que a los 3 años es la etapa perfecta, son como esponjas que absorben todo y si queremos conseguir resultados tenemos que ser constantes hasta que la novedad se trasforme en hábito
Puntos clave:
1. Me intereso por el mundo que me rodea y empatizo con él.
2. Estoy más atento a lo que me rodea y lo que me sucede.
3. Entiendo, controlo y canalizo mis emociones negativas.
No debemos olvidar que el Mindfulness para niños no se limita en exclusiva a enseñarles a meditar, a cómo relajarse o a respirar. Va muchísimo más allá. No podemos olvidar que se relaciona con el trabajo, la alimentación, formas de relacionarnos, el deporte,…
¿Cómo iniciarlo en las aulas?
- Somos un superhéroe e imitamos su postura triunfal (brazos en jarra, espalda recta, de pie, ojos cerrados…) y nos concentramos en nuestros sentidos para ser capaces de estar en silencio estando atentos a los sonidos del entorno, movimientos, vibraciones,…funcionando como un radar.
- Aprendemos a respirar, viendo como nuestro abdomen sube y baja, cogiendo aire y conteniéndolo por 3 segundos y después exhalarlo por la boca.
- Preguntarse “qué tiempo hace en mi interior” (tristeza, rabia, cansado,…) y averiguar el por qué y como solucionarlo.
Aquí dejo unas actividades muy interesantes a realizar para prácticarlo
Y sin lugar a dudas recomiendo que visiten esta página https://lamenteesmaravillosa.com/mindfulness-para-ninos-gestionar-atencion/ donde se puede ver más información al respecto y otros temas muy interesantes que merecen ser leídos.
Para terminar quiero citar un texto por Christophe André, médico psiquiatra del Hospital de Sainte-Anne de París, que me ha gustado mucho respecto a este tema.
“El mindfulness es una herramienta para ayudar a nuestros hijos a adquirir más humanidad. A no convertirse solamente en trabajadores y consumidores, sino a cultivar desde muy pronto las capacidades de presencia en el mundo y a tomar conciencia de lo hermoso y frágil que este es. «El niño es el padre del hombre», escribía el poeta inglés Wordsworth. Personalmente, estoy persuadido (¡todo y que de momento no tengo pruebas ni estudios para adelantaros!) de que el mindfulness puede ayudar a nuestros hijos a convertirse en adultos mejores”.
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