Actualmente nuestra sociedad vive en un continuo auge y renovación tecnológica en todos los entornos y edades. La mayoría de los hogares españoles tiene acceso a Internet, y el 75% de los niños de 12 años ya dispone de un teléfono móvil propio.
La adicción a las TIC’s puede convertirse en un problema grave en niños. De hecho incluso llega a transformarse en enfermedad en edad adulta a pesar de haber desarrollado la capacidad cognitiva total para saber que su uso en exceso no es normal, y precisamente por la falta de capacidad cognitiva del niño, la cual no se ha desarrollado totalmente, es preocupante tal adicción, donde padres/tutores/maestros debemos poner límites en su uso.
Tener cualquier dispositivo tecnológico a edades tempranas y la falta de educación en su uso conduce al uso abusivo, incluso, a la adicción…
Se identifica diferentes tipos de adicción a las TIC, aclarando que todas ellas tienen en común la nomofobia (fobia a salir de casa sin teléfono móvil) Las más extendidas y fáciles de identificar:
Dependencia de redes sociales y servicios de mensajería instantánea (Facebook, Twitter, WhatsApp…) y carece de habilidades sociales, presentando aislamiento social.
Deja en un primer plano el uso de la tecnología e ignora el resto, todo lo demás pasa a un segundo plano.
Adicción a los videojuegos, no respeta horarios y rutinas (hora de comer, ir al colegio, dormir,…) y usarlo como método de "desfogue" o evadir malestar emocional.
Infosurfing (navegación continuada y prolongada en la red sin ningún objetivo claro) Siente necesidad de estar conectado.
Genera ansiedad, estados de ánimo oscilante, compulsión, frustración, aislamiento, depresión, nerviosismo, trastorno del sueño, abstinencia,
Pierde interés por actividades lúdicas/recreativas, abandona sus hobbies o aficiones y su rendimiento académico se ve alterado y se descuida su salud.
Demanda creciente de productos tecnológicos, se enfada fácilmente al no facilitarle o disponer el dispositivo tecnológico.
Dificultad de aceptar pautas y reglas en el uso de videojuegos, presentado cambios de comportamiento, preocupación por jugar, incluso hacer pequeños hurtos a familiares cercanos para comprar por ejemplo la última edición de un juego o engañar sobre el tiempo que dedica al uso de las tecnologías.
Instauración de falsos valores (dinero, belleza, poder), uso de la violencia como medio de resolución de conflictos o lenguaje estereotipado
(Estos criterios tienen que producirse de forma continua, es decir, para que se considere una adicción deben prolongarse en el tiempo, haciendo que el niño o adolescente acabe prescindiendo de cosas importantes de su vida)
Bien es cierto que aporta muchos estímulos que son atractivos para todos, especialmente a los más pequeños, y que también facilitan la vida si son usadas de forma correcta y sensata. Podemos decir que es un gran aliado para hacerles “felices” (dar entretenimiento, educación, desarrollo, siempre que se use de forma lógica y segura)
Tienen que ver que su uso no es sólo para diversión, sino también de información, formación y comunicación.
¿Cómo se llega a desarrollar adicción?
Según el psiquiatra y doctor Jaume Eroles, “cualquier actividad que provoca satisfacción en nuestra vida diaria, puede convertirse en conducta adictiva si se pierde el control sobre su uso. No hace falta tener una predisposición a la dependencia a las TIC, sino que inadvertidamente se puede pasar de forma progresiva del uso al abuso y a la dependencia; del divertimento al vasallaje”. Además, indica que comúnmente se ha considerado un trastorno propio de la adolescencia, con raíces en aprendizajes ya anómalos en la infancia, pero que los adultos no están exentos de estos riesgos.
¿Cómo identificar si un niño/persona es adicta? Si demuestra abuso desmesurado a su utilización, su uso interviene gravemente en la vida cotidiana, genera dependencia y se percibe un síndrome de abstinencia.
Consejos de prevención
(la solución no es prohibir que se conecten o usen los dispositivos, sino en desaprender ese hábito abusivo y utilizarlo de forma moderada)
Establecer un horario de uso estipulado (antes de los 18 meses los niños no deben exponerse a pantallas. Desde entonces hasta los 2 años, es recomendable en compañía de un adulto. Entre los 2 y los 5 años, el uso debe limitarse a un máximo de 1h en compañía de un adulto. Y, únicamente a partir de los 6 años, los adultos son los encargados de establecer límites claros y en base al cumplimiento de otras actividades necesarias para su desarrollo)
El adulto se convierte en modelo de actuación y conducta de los más pequeños, deben comportarse con los dispositivos tecnológicos tal y como deseen que los hagan los niños (por ejemplo, evitar usar móvil en las comidas y convertir el encuentro social para hablar y compartir experiencias y pensamientos) educar en la responsabilidad, dejar que asuman tareas acordes a su edad y aprendan a valorar las cosas y sean conscientes del esfuerzo que requieren obtenerlas a pesar de tener esas comodidades (si quiere un móvil, que vaya ahorrando de su paga semanal por ejemplo)
Fomentar relaciones sociales y físicas con otros, fomentar el ir al parque, organizar fiestas, actividades de barrio o familiares como cocinar, limpiar la casa, jugar a juegos de mesa, leer un libro, donde se fomente relaciones interpersonales y no las virtuales, es decir, fomentar el ambiente más humano.
Deporte, sobre todo en equipo, mejoran su autoconcepto, no se convierten sedentarios, comparten emociones, aprenden compañerismo, nociones de desarrollo de la personalidad,… (le desvincula del mundo virtual, videojuegos e internet)
Para concluir, quiero revindicar que no dejemos que nuestros alumnos/as, hij@s, nietos/as se pasen su infancia sin disfrutarla, ya que la vida es esa que pasa mientras ellos se quedan fíjamente mirando la tablet, móvil, el videojuego o televisor. Hacerles partícipes del mundo en el que viven y aprendan a gestionar su tiempo de forma eficiente y no se refugien en el mundo virtual. Y como maestro lucharé contra la deshumanización que desafortunadamente está patente hoy en día.
Comments